Esta poza situada muy cerca del Monasterio de Santa María de Óvila tiene una playa de arena y es un fantástico lugar para bucear, con un área muy extensa, una corriente ligera y una profundidad de 4,7 metros. Disfrutaremos de muchos contraluces, troncos viejos, y muchas plantas acúaticas entre las que destacan algas tipo líquenes que tapizan grandes rocas y también encontramos bastantes zonas de junqueras. Habitan bancos de pececitos alburnos que ante la presencia de buceadores dan vueltas alrededor intrigados por las burbujas. También se pueden avistar Barbos, y si tenemos suerte veremos peces del Sol conocidos como Percasoles. El agua suele estar a una temperatura muy agradable de 21°C